Cualquier circunstancia económica adversa es susceptible de ser utilizada como excusa para recuperar una vía de financiación tan explotada como injusta: que paguen los que no tienen más remedio.
Y el incremento de la inflación y la crisis actual son ejemplos de esas circunstancias. Por ello, tanto Vizcaya como Navarra han puesto sobre la mesa, nuevamente, la creación de tasas a los camiones por circular en algunas de sus vías, aprovechando la transferencia de competencias que atesoran.
Como era de esperar, las Asociaciones de transportistas no han tardado en protestar. El pasado 17 de mayo se presentó en las Juntas Generales vizcaínas el Proyecto de Norma Foral para la implantación de peajes a camiones en las carreteras vizcaínas. En este caso ha sido Asotrava la que, por medio de su secretaria técnica, Amaia Martínez, ha calificado la medida lisa y llanamente como recaudatoria para cubrir el déficit general de las cuentas públicas, a lo que añade que es ilegalmente discriminatoria.
También en Navarra
Por su parte, las asociaciones de transportistas ANET y Tradisna rechazan la intención de su Gobierno de cobrar, presuntamente desde el año que viene, un peaje al tránsito por las autovías A-1, A-10, A-15 y A-69 y por la carretera la N-121-A. En su caso, la razón también les asiste, puesto que esta decisión contraviene el compromiso alcanzado a nivel estatal por el CNTC, en virtud del cual no se podrían implantar peajes sin el necesario consenso con el Sector. El cual, es evidente, brilla por su ausencia.
Estamos en un nuevo capítulo de este cuento de nunca acabar, aunque, lamentablemente, mucho nos tememos que no será el último.
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